Me importa ser siempre yo: mis dioses, colores son.
¡Cuánto gano!, y sin contar las pagas extras. ¡Cuántas horas! Y sin vivir. No me importa: todo el día trabajando de cabrón.
Me importa que salga el Sol: no cobran, y es lo mejor.
¿Dónde está vuestra moral, que nunca entiendo por más vueltas que me doy? No me importa; follo con mucha alegría y con placer.
Me importa tenerte a ti. Sin normas, no hay que fingir.
Subo al cielo desde un ciego, aunque no haya quien me entienda. ¡Pobrecitos! ¡ya soy rico! Ahora tengo quien me entienda.